Por Héctor Hernández
Alfredo Tena Garduño, que nació el 21 de Noviembre de 1956 en México, Distrito Federal llegó al Club América en enero de 1974, luego de haber jugado en el equipo Principado del Club Asturiano.
Alto y fuerte, impresionó a José Antonio Roca desde el primer momento y éste lo invitó a jugar con los Cremas. Empezó con la Reserva Especial y al poco tiempo pasó a formar parte de las Reservas Profesionales donde el equipo americanista fue campeón del torneo nacional de la especialidad esa temporada 73-74.
Y así por azares del destino de pronto tuvo un inesperado debut, que para algunos críticos fue algo precipitado, cuando poca gente fuera del club –prensa y afición- sabía de su existencia. Fue una sorpresa grande para todos.
Resulta que el América, Campeón de Copa 73-74 tenía que jugar ni más ni menos el juego de Campeón de Campeones contra Cruz Azul, Campeón de Liga. Pero justo para éste partido uno de los dos centrales titulares indiscutibles, Luis Miguel Barberena, había sido operado del músculo recto anterior del muslo de manera emergente. El suplente habitual, Lino Espín, también estaba lastimado y otro suplente más, Luis Haneine, había sido prestado al Irapuato de Segunda División. Así que a Roca no le quedó más opción que debutar al chamaco de 19 años, cuando éste contaba apenas con cuatro meses en la institución azulcrema. Incluso pudo haber escogido a otro novato, Juan José Campos que ya había debutado un mes antes en la Liga, pero Roca se decantó por Tena.
Así que ‘casi casi’ fue de las reservas a la finalísima de campeones esa mañana del 26 de Mayo de 1974. La gente no lo sabía pero ese medio día con mucha lluvia en el estadio Azteca pletórico, fue el debut del más grande zaguero en la historia del América, no sólo por sus dotes futbolísticos, que fueron a través de 18 años excepcionales, sino por su don de líder, de caudillo, de triunfador, de profesional y de amor por los colores.
Esa anecdótica ocasión Roca alineó a Prudencio ‘Pajarito’ Cortés; René ‘Popeye’ Trujillo, Tena, Guillermo ‘Campeón’ Hernández, Mario ‘Pichojos’ Pérez; Alejandro Ojeda, Gustavo 'Chaira' León, Carlos Reinoso; Sergio ‘Tanque’ Ceballos, Osvaldo ‘Pata Bendita’ Castro y Juan Manuel Borbolla. Fueron los compañeros de Tena en seguro, su tarde más esperada, que tuvo un sabor agridulce debido a la derrota de los Millonetas 1-2.
Pasó un año sin actividad en el primer equipo hasta que Panchito Hernández, -que había tomado la dirección técnica americanista como entrenador interino en la ronda final de la Copa 74-75- lo desempolvara para jugar justamente los últimos dos partidos de esa campaña para el América y curiosamente con dos detalles que mencionar: lo utilizó ambas veces como medio de contención y en el primer cotejo (ambos frente a los Pumas de la UNAM) fue expulsado. Pero más allá de eso, lo significativo era que Panchito Hernández, que ya tenía listo a quién sería el siguiente entrenador azulcrema en la persona de Raúl Cárdenas, usó a Tena por encima de algunos otros compañeros como mandándole un mensaje claro al próximo técnico: “ojo aquí, éste jugador vale la pena”.
Y seguramente el mensaje fue captado y luego dialogado por Hernández y Cárdenas ya que empezando el siguiente torneo, la copa 75-76 Tena fue titular en todos los juegos dejando en la banca a Lino Espín y haciendo pareja con Miguel Ángel ‘Confesor’ Cornero en los 10 partidos que terminaron con ¡la final!, lo que significa que en poco tiempo de carrera Tena ya había disputado una final de Campeón de Campeones (73-74) y una final de Copa (75-76).
Para el inicio de la Liga el titular Luis Miguel Barberena regresó a su puesto pero no fue por mucho tiempo ya que las lesiones no lo dejaron en paz y Tena jugó 12 partidos en esa brillante temporada donde el América fue campeón de Liga y de Campeones.
Y lo mejor estaba por llegar para el grandote defensa central ya que para la siguiente temporada, la 76-77 jugó 20 partidos lo que lo convirtieron ya en un jugador titular habitual. Compitiendo con grandes compañeros entre los cuales estaban también Javier 'Pierna Fuerte' Sánchez Galindo y Eduardo 'Jarocho' Rergis. A todos ellos, sumando a Cornero, Barberena, Espín y el ‘Campeón’ Hernández –ellos dos anteriormente-, Tena les aprendió mucho, a tal grado que el técnico Raúl Cárdenas ya le dio la titularidad para la 77-78, campaña que lo llevó a la selección nacional y fue pieza importante del TRI en el Premundial México 77’ donde hizo pareja con otros grandes centrales mexicanos como Javier ‘Kalimán’ Guzmán, Carlos Gómez y Eduardo Ramos. Como consecuencia de ello, fue parte del equipo mexicano mundialista en Argentina 78’, donde jugó contra Túnez y Alemania Occidental. La pésima actuación mexicana en la Copa del Mundo hizo que varios, si no es que todos los jóvenes futbolistas que acudieron tuvieran un bajón en la liga 78-79 pero eso les sirvió para adquirir mucha experiencia, y en Tena no fue excepción ya que para la 79-80 empezó a salir a flote quien muy pronto sería galardonado como el mejor defensa de México.
Lo que sigue es como un cuento de superhéroes. Y el protagonista es Tena Garduño. Tal vez esa madurez que adquirió con las finales disputadas tan joven -hay que sumar aquella donde hubo sangre, sudor y lágrimas en Surinam contra el Robinhood en la Concacaf- y la triste experiencia en Argentina 78 fueron el ancla en su carácter ya que él jamás se dobló, se quebró, se achicó.
Todo lo contrario, emergió en él un liderazgo impresionante, que a sus 25 años le valió que su joven entrenador y ex compañero Carlos Reinoso ¡le diera el gafete de capitán del equipo a la salida de Toño de la Torre al Aztecas de Los Ángeles!
Esa tarde del 20 de junio de 1981 contra Cruz Azul (¡otra vez Cruz Azul como en 1974!) nació la leyenda del 'Capitán Furia'. El resto ya lo conocemos: multicampeón, referente, ensangrentado, injustamente marginado de un mundial por un tema nunca aclarado, siempre presente en los momentos requeridos como contra el Morelia cuando él árbitro no tenía la menor idea del reglamento de competencia y Tena se lo recordó… y por supuesto extraordinario defensa central y ¡goleador!
Casi nada. Su récord de 26 goles oficiales lo siguen teniendo como el defensa con más tantos en la historia del América, su casa. Su primer tanto fue al Atlético Potosino en la liguilla de la temporada 76-77, jugando el 22 de Junio de 1977. Esa vez, los Cremas golearon a los Tuneros 7-1. Los otros goles americanistas fueron de José de Jesús Aceves, Carlos Reinoso, Toño De La Torre, Jesús ‘Palillo’ Martínez, Enrique Borja y Luiz Alberto da Costa ‘Luizinho’.
Su último gol fue el 18 de septiembre de 1990, en la fecha 7 del torneo de Copa 90-91, contra el Veracruz, en el Luis ‘Pirata’ Fuente. Las Águilas ganaron 4-3. Los otros goles fueron de Edú (2) y Luis Roberto Alves, ‘Zaguinho’.
Definitivamente su gol más valioso, fue en la final de liga 83-84 contra el Guadalajara, segundo del América que se coronó Campeón ganado 3-1. Los otros tantos de esa memorable fecha los anotó Eduardo Bacas y Javier 'Vasco' Aguirre.
Jugó 18 temporadas con los Cremas y no lo dejaron retirarse como futbolista en Coapa. Sin saberlo su último partido en el equipo de sus amores fue el 1 de diciembre de 1991 en el Estadio Marte R. Gómez contra la Universidad Autónoma de Tamaulipas cuando las Águilas de Falcao perdieron 1-5. Ni él ni nosotros sabíamos que nunca más lo veríamos en una cancha vestido de azulcrema con su gafete de capitán, hablando, gritando, ordenando, guiando, hasta dirigiendo propiamente a sus compañeros en el terreno de juego. Y como si fuera una maldición, se fue él y el América no volvió a ganar jamás un torneo largo de Liga. Nunca más.
Esa es la historia de Alfredo Tena como jugador del América.
Regresó como entrenador tiempo después, luego como auxiliar de su hermano Luis Fernando, después como Director de Fuerzas Básicas, tuvo un interinato de nuevo en la dirección técnica, de nueva cuenta la dirección de Fuerzas Básicas donde su trabajo fue maravilloso…
Decir Alfredo Tena es decir Club América. Más allá de su imagen celebrando el gol en la final contra las Chivas, más allá de su imagen apareciendo siempre para defender a sus compañeros, más allá de la patada voladora al estilo Karate Kid, más allá de su imagen levantando cuanto trofeo disputaron, yo me quedo con una imagen intima en un evento privado: para conmemorar el centenario del equipo, quien plasma estas líneas –junto con un grupo maravilloso de compañeros- tuvo la dicha de escribir y participar en el libro de la historia del equipo ‘100 años de Grandeza’ y para presentarlo a los medios el Club América realizó en el estadio Azteca un evento donde estuvo presente la crema y nata del americanismo a lo largo su vida, desde el mismo dueño Emilio Azcárraga Jean hasta casi todos las leyendas que han sido los protagonistas de los éxitos americanistas, eso sí, sin dejar de incluir al equipo que en esa temporada Apertura 2016 nos representaba. En fin, fue una fiesta, con bombo y platillo.
Y quién tomó la palabra, quién habló frente a todos, a nombre del Club América, no fue otro que el mismísimo Capitán Furia que con unas cuantas palabras describió lo que el equipo es y lo que significa pertenecer a esta institución. Y nadie mejor que él para platicarlo.
En ese momento Tena no tenía ningún puesto en la organización americanista. No tenía ningún puesto, pero si tenía, tiene y tendrá algo que nadie más podrá tener: el gafete de capitán de TODO el Club América, por los siglos de los siglos… y mientras tanto, que siga rodando el balón... ¡hasta la próxima!
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