Un equipo sin ambición de ninguna manera merece ser campeón de una competencia. Y esa ambición que debió mostrar el Tampico Madero para demostrar lo que había sucedido en el estadio Tamaulipas no había sido casualidad, se le olvidó. La dejó en su terruño. Y las Águilas, que regresaron a la capital con un marcador en contra de 1-4, aguardaron pacientemente los últimos 90 minutos de juego, con la esperanza de lograr lo que parecía imposible. Y lo lograron. Pocos equipos logran igualar un marcador adverso de tres goles. Y mucho menos todavía, logran superar esa desventaja. Pero la ambición que mostró ayer el equipo América merecía el premio que obtuvo al final y un poco más. Las Águilas demostraron ayer ser dignos campeones del torneo Prode 85 simple y sencillamente porque en ningún momento se dieron por vencidos. Siempre mantuvieron su fe, siempre se mostraron con deseos, con determinación, con corazón, con ganas de querer ser y todo esto, fue precisamente lo que le hizo falta al Tampico Madero. HERBERT GONZÁLEZ, EL HERALDO.